jueves, mayo 05, 2005

LUCAS Y YO

Lucas es un conejo enano que le trajeron los reyes a Cora. Mi primera reacción (¡bfff gññ! ¡te he dicho que no quiero animales en casa, que bastante liadas estamos!) se fue a hacer puñetas en cuanto vi esa bolita blanca que temblaba asustada en un rincón, con su flequillo punki tieso entre las orejas.

Ahora ya no sé qué haría sin él. Lucas forma parte de mi vida, me espera cada noche cuando llego a casa y, aunque no le apetezca demasiado, deja que lo coja un ratito en brazos; sabe que acariciándolo y murmurándole palabras sin sentido, conjuro todo lo malo del día. Luego se remueve inquieto o me da un mordisquito en el brazo para que lo suelte y corre comedor arriba y comedor abajo, saltando feliz.

Le gusta salir al balcón. Allí escarba en los tiestos, se come todo lo que está germinando y se pasa horas sentado dentro de una maceta grande sin plantas. Me parece que le gusta tanto porque debe de sentirse como el rey del mundo, sentado en su alto trono, con el viento en la cara y oliendo la tierra fresca.

Lucas es tremendo, y cuando cree que no estoy mirando se pone a morder los libros de la última estantería y los lp’s que guardo con tanto cariño. O sale a la busca y captura del cable suelto. Le llamo y gira la cabeza disimulando (sólo estaba mirando) pero en cuanto me despisto vuelve a su trajín. Los he tapado de diferentes maneras, pero siempre ha encontrado la forma de apartar las barreras que le alejan de tan apetitosos manjares. Ahora parece que he encontrado el modo definitivo, aunque él todavía no ha desistido y anda rondando las zonas peligrosas, a ver si hay suerte.

Juntos hemos inventado juegos que me reclama, sólo cuando le apetece, dando vueltas sin parar alrededor de mis pies. Y me agacho, juego con él a peleas y salta alborozado, como si tuviera muelles en las patas.

Lucas y yo. Cuando pienso en él sonrío como una idiota y me viene a la cabeza eso que aprendí de pequeña…
    Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.

    Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
lucas Posted by Hello

8 Comments:

At 7:54 p. m., Blogger infopoeta said...

Anda, el final del post me ha fastidiado el comentario, porque precisamente iba a decir que tu texto me recordaba enormemente al de Platero y yo, recorcholis!.

 
At 8:46 p. m., Blogger beor said...

¡Qué monadaaaaaaaaaaa! aissss

 
At 10:17 a. m., Blogger . said...

Yo también tengo un peluchito viviente, pero el mío es felino
http://www.telefonica.net/web2/vsubirana/fotos/PIC_000661.jpg

Ais, que cosas...

 
At 3:15 p. m., Blogger Fantine said...

Jambri lleva tiempo queriendo un conejito. A ver si nos compramos piso de una vez y entonces metemos algún bicho, aunque yo preferiría un gatiño :D

 
At 6:04 a. m., Blogger Rapunzell said...

Peroperoperopero qué cosa más lindaaaa.....

 
At 11:12 a. m., Blogger oniric said...

¡que cosita...!Pero ten mucho cuidado con lo de los cables. Yo tuve una alegre camada de gatitos y uno de ellos casi se electrocuta.
besitos,
Oniric

 
At 9:46 p. m., Blogger Unknown said...

¿Echa cagarrutillas redondas de esas por la casa?

 
At 8:40 a. m., Blogger Cristina said...

Nooo, que es muy limpio (como la mestressa). Al principio sí, pero ya le he ensañado. Entra en la jaula pacer sus cositas, y reconozco que alguna vez en la mantita que tiene justo delante (aligual tiene apretones y no le da tiempo de llegar).

 

Publicar un comentario

<< Home